

Tropas enviadas a Los Ángeles siguen siendo "necesarias", dice Vance
El vicepresidente estadounidense, JD Vance, dijo el viernes que los miles de soldados desplegados en Los Ángeles este mes siguen siendo necesarios a pesar de una semana de relativa calma tras las protestas contra la política migratoria del gobierno.
El presidente republicano Donald Trump envió 4.000 miembros de la Guardia Nacional y 700 infantes de Marina a la megalópolis californiana, la segunda ciudad más grande de Estados Unidos y hogar de una enorme comunidad latina, después de manifestaciones por las redadas de inmigración.
"Desafortunadamente, los soldados y los marines siguen siendo muy necesarios (...) porque existe el temor de que la situación pueda degenerar nuevamente", dijo Vance a periodistas en Los Ángeles.
El vicepresidente republicano celebró que una corte de apelaciones federal validara la víspera el despliegue de la Guardia Nacional. Esto demuestra que el envío de tropas "fue completamente legítimo y apropiado", insistió.
Las manifestaciones fueron en gran parte pacíficas y se concentraron en una pequeña zona de Los Ángeles, aunque hubo casos de violencia y vandalismo.
Vance afirmó que Trump volvería a desplegar soldados si fuera necesario.
El despliegue de la Guardia Nacional, sin la aprobación del gobernador del estado -quien también tiene autoridad sobre este cuerpo militar de reserva- no ocurría desde 1965 en Estados Unidos.
Estos soldados deben proteger a los edificios federales y a los agentes de la policía de inmigración (ICE).
Pero la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y el gobernador de California, Gavin Newsom, ambos demócratas, lo consideraron una medida extrema e injustificada, que "crea una crisis".
Ambos condenaron la violencia y repitieron que las fuerzas del orden locales son suficientes para manejar la situación: la policía de Los Ángeles arrestó a unas 600 personas desde el inicio de las manifestaciones y el martes, el fiscal de la ciudad anunció los primeros cargos contra una treintena de individuos.
Vance acusó a Bass y a Newsom de "fomentar agitadores de extrema izquierda" y de haber "facilitado la violencia y los disturbios" en la ciudad.
El vicepresidente vinculó esto a la política de California, un estado "santuario" para los inmigrantes, donde la colaboración de las fuerzas del orden locales con la policía federal de inmigración está estrictamente limitada por ley.
"Al tratar la ciudad como una ciudad santuario, Gavin Newsom y Karen Bass de alguna manera han declarado abierta la caza a las fuerzas del orden federales", señaló.
Trump ha hecho de la lucha contra la inmigración irregular una prioridad absoluta desde su regreso al poder en enero, y ha prometido expulsar a millones de personas sin la debida documentación.
Las redadas también ha provocado protestas en San Francisco, Nueva York, Chicago y San Antonio, Texas.
A.Lorenzi--MJ